¿Te sientes culpable por haber ingresado a tus mayores en una residencia?
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¿Te sientes culpable por haber ingresado a tus mayores en una residencia?

¿Te sientes culpable por haber ingresado a tus mayores en una residencia?

Hay muchas personas que se sienten culpables por haber dejado ingresados a sus mayores, este hecho se produce porque hay un choque entre lo que hacemos y nuestro modelo ideal de conducta  internalizado. Cuando tenemos  que dejar a nuestros mayores a menudo nos culpamos y sentimos que les hemos traicionado. Sentimos que hemos fallado a la primera o que deberíamos haber aguantado más tiempo. Cuando estamos atrapados en la culpa nos descalificamos, nos torturamos y nos sentimos incapaces de tomar una sola buena decisión más.

Puede que incluso hayamos hecho promesas de cuidarles siempre en su domicilio y ahora nos veamos en la necesidad de dejarles en una residencia. O igual conozcamos a otras personas que sí han conseguido mantenerlos  en sus casas y nos comparamos con ellos. En estos casos no debemos dejarnos guiar por las comparaciones y pensar que cada situación y cada familia es diferente.

También nos puede ocurrir que al ingresar a nuestro anciano en una residencia este se muestre poco colaborador  o incluso  oponga resistencia. Suele pasar en cuadros de demencia o Alzheimer. Al ver a nuestra persona querida en esta situación es muy probable que nos sintamos mal y que pongamos en duda nuestra decisión. Se inicia así una lucha entre lo que debemos hacer y lo que nos dicta el corazón.

 

¿Qué podemos hacer para intentar hacer esta experiencia menos traumática?

1- Tenemos que ser conscientes que ingresar a nuestros mayores no significa abandonarlos.

Dejarlos en una residencia no significa renunciar al papel de cuidador ya que podemos participar activamente en este y nuestro papel seguirá siendo importante. El tiempo juntos ahora se vuelve mucho más especial, y que gracias a la  atención residencial han recuperado la buena comunicación. Ahora esta es más relajada y menos estresante ya que no nos sentimos cien por cien responsables de su bienestar y sus problemas.

2- Se trata de un momento de transición.

Es un momento de cambios, y como todos los cambios necesita una transición. Como todos esos momentos lleva su tiempo para que las personas se asienten y se acostumbren al cambio.

3- Un nuevo papel.

Como hemos dicho no significa desatender a nuestro anciano ni mucho menos, al contrario, es ahora cuando hay que estar más cerca de ellos. El papel de los familiares es fundamental en la fase de ingreso y adaptación. Pero empiezan a jugar un papel desde el preingreso para que el anciano no sienta un cambio brusco en su vida y sobre todo, mucho menos, que se sienta apartado.

4- Ventajas de estar en una residencia.

Independientemente de las primeras reacciones o del sentimiento de abandono, ingresar a nuestros mayores tiene múltiples beneficios. Se benefician de la sociabilización,en la residencia se relacionan entre otros ancianos,crean amistades, juegan a juegos de mesa o  hacen actividades. Si nuestro anciano tiene problemas de movilidad probablemente no salgan a la calle y con ello se sienta aislado. Su  cerebro recibe estimulación desde el primer día. En las residencias cuentan con actividades y talleres programadas por un equipo de expertos psicólogos y educadores.

Además de estas actividades tienen que aprenderse nuevos nombres como los del equipo de cuidadores, ir andando a otras plantas o practicar cualquiera de las actividades que se ofertan. La dieta que recibirán es equilibrada, se establece una dieta sana que consigue mejoras tanto en su aspecto físico como en el estado anímico.

Muchos ancianos descuidan su alimentación en casa o nosotros no podemos  estar pendientes de que coman lo adecuado durante todo el rato. Mientras que en una residencia siempre tendrán una persona atendiéndoles. Al igual que con la  comida, pasa lo mismo con las medicinas. En casa puede que se olviden de tomarlas o decidan esconderlas, en las residencias al estar con enfermeras  al cargo estaréis seguros de que recibe.

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