26 Jul Consejos para prevenir achaques a la tercera edad
La salud es nuestro preciado tesoro. Si no tenemos salud, puede cambiar mucho nuestras vidas y nunca a mejor. Por eso hay que cuidarla mucho, y a medida que nos hacemos mayores con más razón, porque podemos empezar a notar los temidos “achaques”.
Hay que ver la tercera edad desde el respeto y dándonos cuenta de que nuestro cuerpo va cambiando, por lo tanto vamos a ir cambiando nuestros hábitos y rutinas, quitando cosas e incluyendo otras. Estas acciones nos pueden ayudar a ser mucho más felices y llevar vidas más plenas.
1. Hacer siempre lo que nos haga felices.
Parecerá una tontería, sin embargo, no lo es. Si de algo debe servir el “tener una edad”, tiene que ser de ganar confianza, tener las cosas claras e ir por el objetivo sin dar más rodeos y sin dejarse influenciar. Hay que estar atentos a los momentos en los que uno se siente feliz, reconocerlos y perseguirlos activamente.
2. Crear una rutina.
Cuando tenemos más tiempo libre tendemos a desperdiciarlo, y el “ya lo haré luego”puede estar presente a cada paso en nuestras vidas. Por eso, es mejor crearse una rutina, y hacer ciertas cosas siempre a una misma hora y de la misma manera.
3. Mantener la mente activa.
El cerebro se puede atrofiar si no se le mantiene en activo, por eso son importantes actividades como leer, estudiar, realizar trabajos para mantenerlo activo… etc. Es importante tener nuevos proyectos cada día.
4. Realizar ejercicio físico.
Esta demostrado que al hacer ejercicio se generan endorfinas, que te hacen sentir mucho mejor. También es importante mantener satisfactoriamente los niveles indicadores de salud, sobre todo los relacionados con el sistema cardiorespiratorio.
5. Evitar la presencia de factores estresantes y practicar actividades de relajación.
6. Mantener una buena estructura familiar y de amistades.
Estos factores ayudan a dar mayor estabilidad y menos preocupaciones. A parte de
aportar una mayor estabilidad.
7. Tratar de sonreir con frecuencia.
Al reírnos mejoramos el estado de ánimo, disminuyendo los miedos y las angustias. También está demostrado que regula la presión sanguínea, regula el colesterol en la sangre y aumenta el apetito. Así que, ya sabemos, a sonreír y ser felices.
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