¿Cómo podemos saber si ha llegado el momento de mudarse a una residencia?

No cabe duda de que es, probablemente, una de las decisiones más difíciles que debemos de afrontar en nuestra vida. El momento en el que tenemos que decidir si ingresar a nuestro familiar en una residencia de ancianos es realmente complicado y suele ocasionar diferentes tensiones en el núcleo familiar.

La familia no tiene por qué pensar de la misma manera y, dentro de la misma, suelen haber opiniones de todo tipo. Lo relacionado con la carga mental también está fuertemente influenciado en esta decisión. Y es que en el momento en el que vamos a ingresar a nuestro familiar en la residencia solemos cargar con la culpa de no haber realizado un buen trabajo en lo relacionado con sus cuidados.

¿De qué depende que ingresemos a nuestros mayores en una residencia?

Lo cierto es que resulta realmente difícil encontrar un momento común a todas las personas mayores para ingresarlas en una residencia de la tercera edad. Y es que lo relacionado con esta cuestión no depende un tema relacionado con la edad ni con la salud propiamente dicha, sino que está más relacionado con el grado de dependencia que presentan las personas.

Son tres los factores que nos hacen pensar si es el momento de que nuestro familiar acuda a una residencia:

1. El primero de ellos tiene que ver con el tiempo del que dispongamos para cuidarlo. Obviamente, a menor tiempo, menos calidad de vida vamos a poder proporcionarle. Si no tenemos tiempo suficiente para cuidar a nuestros mayores como es debido, es un buen indicio para comenzar a tener en cuenta esta decisión.
2. El segundo factor está relacionado con los recursos. Lo cierto es que no todo es tiempo lo que hace que sea un buen momento para ingresar a nuestro familiar en una residencia, sino que los recursos de los que dispongamos también juegan un papel fundamental en la decisión. Es importante que tengamos conciencia de que en la residencia nuestros mayores tendrán muchos más cuidados y más medios para que tengan una calidad de vida excelente, seguramente muy por encima de lo que cualquier de nosotros, como familiares, podremos proporcionarle (cha un vistazo a este artículo para saber más).
3. Por último, el grado dependencia. A más dependencia, mayor incompatibilidad suele presentar el cuidado de los mayores dentro del hogar familiar, pues es necesario un tiempo cada vez mayor y unos recursos que, normalmente, no podemos tener.

¿Qué ventajas tienen las residencias de la tercera edad?

Cuidado y atención

No hay mejor lugar que una residencia llena de especialistas en el cuidado y la atención de los más mayores para que éstos tengan los mejores cuidados posibles.

Las residencias de ancianos son la mejor opción para garantizar el mejor nivel de vida posible.

Servicios

La gran parte de las residencias tienen servicios relacionados con la atención psicológica, los nutricionistas o un grupo de rehabilitadores que se harán cargo de todas y cada una de sus necesidades.

En caso de no tenerlos, seguro que cuentan con los contactos necesarios para disponer de este tipo de servicios, consiguiendo lo necesario para que nuestros mayores estén mejor que nunca.

Accesibilidad

Las instalaciones de las residencias están perfectamente adaptadas a las personas con movilidad reducida. Escaleras, habitaciones, servicios… todo estará a punto para que los más mayores no tengan ni un solo problema a la hora de moverse por el interior de las instalaciones.

Seguramente el ingreso en una residencia sea una de las decisiones más difíciles que vamos a tener que tomar en nuestra vida. Es importante despojarse del sentimentalismo y apostar por la calidad de vida: nuestros mayores lo agradecerán.