Cómo concienciar a los jóvenes sobre el trato a los ancianos
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Cómo concienciar a los jóvenes sobre el trato a los ancianos

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Cómo concienciar a los jóvenes sobre el trato a los ancianos

El papel de los ancianos ha variado mucho con el paso del tiempo: antiguamente eran vistos como símbolo de sabiduría y experiencia, eran respetados por todos los sectores de la sociedad; hoy en día, por el escaso apoyo institucional mucho se han visto desprovistos de más soporte que el de sus familias. Pero estas, a su vez han sufrido profundos cambios en las últimas décadas.

Entre ellos la incorporación de la mujer al trabajo, la casi desaparición de viviendas en las que toda la familia convive, o la búsqueda de trabajo en lugares diferentes de donde vive el anciano. Esto ha provocado que muchos de ellos tengan que ser institucionalizados.

Los jóvenes, antaño conscientes de la vejez, ahora conviven con un concepto distante de ella, alimentado básicamente por lo que leen o ven en las redes sociales o medios de comunicación. Con lo cual, en la mayoría delos casos ven esta como algo externo, que no lo entienden del todo. Como consecuencia tienden a no entender el proceso de sus mayores, sus enfermedades y a evitar cualquier contacto más íntimo.

Es importante para ambos bandos recuperar la cultura, el cariño y el amor que se tenían. Los jóvenes pierden un importante elemento afectivo y de enseñanza mientras que los ancianos se ven aún más desarraigados, solos e innecesarios, contribuyendo esto a su deterioro físico y mental (más información).

 

¿Cómo cambiar esta situación?

Hace años que numerosos proyectos intentan recuperar la cultura del respeto a los ancianos a base del acercamiento entre jóvenes y ancianos. Para ello promueven la creación del intercambio de experiencias y conocimientos intergeneracionales.

Han surgido múltiples programas que intentan concienciar a los jóvenes sobre el trato a los ancianos. Veamos un poco las bases comunes de todas estas intervenciones:

1- Combatir el desconocimiento: 

Como hemos apuntado anteriormente, el comportamiento de los jóvenes se debe básicamente al desconocimiento del proceso de la vejez. Los  programas intentan rebatir los estereotipos e ideas generalizadas. ¿Cómo pueden ser que todos los ancianos tienden a la pasividad, están deteriorados físicamente o desvalidos?

La mayoría de los jóvenes tiene una idea de anciano estereotipada, añeja y triste y siempre como una carga familiar. Pero si vemos a nuestro alrededor veremos que muchos de ellos son autosuficientes, están en buenas condiciones físicas y mentales y tienen aún muchas cosas que hacer.

2- Humanizar la relación: 

Recordarle a los jóvenes que los ancianos que tienen delante, antaño fueron jóvenes también, trabajadores, padres de familia… y que, sobretodo, tienen muchas cosas que transmitirles por todas las cosas que han vivido.

 

¿Cómo se consigue esto?

  • A través de experiencias en propia persona. Las residencias de ancianos tienen programas en los cuales acogen a jóvenes y les informan de todos los ancianos que tienen viviendo allí, de sus enfermedades o del motivo de su internamiento.
  • A través de actividades conjuntas. En muchos casos creemos que al pertenecera a dos generaciones tan distintas no tendremos nada en común, pero nos sorprendería la de cosas que sí.  Incluir a ancianos y a jóvenes juntos en actividades de pintura, lectura, películas o  juegos informáticos hace que compartan experiencias y que comprueben los gustos afines o intercambien consejos y experiencias.
  • A través del cuidado. Involucrarles en los paseos, visitas al médico, cuidados básicos. Ver en primera persona todas las necesidades que tiene un anciano, facilita mucho más la comprensión de este proceso vital.

Les vendrá muy bien para saber qué es lo que les depara a ellos mismos en un futuro y a saber comportarse frente a personas mayores con algún tipo de enfermedad o discapacidad.

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