20 Sep Residencias funcionales para mayores con movilidad reducida
Cada vez son más los ancianos que entran en una residencia de personas mayores con problemas de movilidad. La esperanza de vida ha aumentado en los últimos años y por tanto es muy normal que el desgaste al que se ven sometidos es mayor.
Cuando hablamos de problemas de discapacidad puede ser que hablemos tanto de la disminución de la capacidad funcional social o cognitiva como física de los ancianos. Muchos de ellos ya han rebasado la frontera y se encuentran en situación de dependencia total, y algunos irán perdiendo con el paso del tiempo y de forma progresiva sus capacidades.
Por esta razón es muy importante la proliferación de residencias funcionales capaces de mejorar o ralentizar las discapacidades de los ancianos. Estas residencias tendrán que contar con un equipo de profesionales interdisciplinar.
Esta necesidad de desarrollar cada vez más programas terapéuticos para la rehabilitación se aplica tanto en residencias de larga estancia como en unidades en las que las estancias son cuestión de meses o semanas.
Como contábamos antes, el aumento de la esperanza de vida que se ha dado en las últimas décadas, debido a las múltiples mejoras sanitarias y económicas, ha hecho que en nuestra sociedad haya cada vez más personas de la tercera edad. Pero, lo que se da por primera vez, es un número casi igualado de personas dependientes y de personas mayores que son completamente capaces de mantener su autonomía viviendo en sus casas con noventa años o más. Situación, a la que muchas residencias se han tenido que adaptar, incorporando en sus instalaciones tanto servicios para personas con total autonomía como para personas con una alta dependencia.
¿Cuales son las características de las residencias funcionales?
La principal y más importante diferencia es que las instalaciones de toda la residencia están perfectamente preparadas para todas las dificultades que puedan padecer los ancianos con déficits en movilidad.
Las habitaciones son uno de los puntos clave de mejora en estas residencias ya que en la mayoría de casos los ancianos tienen problemas de movilidad. La habitación se convierte por lo tanto en su principal espacio vital. Según encontramos en la Ley de promoción de la autonomía personal y la atención a las personas en situación de dependencia, es obligatorio para todas las residencias disponer de una habitación adaptada para grandes dependientes (GD). Este tipo de ancianos son los que necesitan ayuda en todas las actividades diarias, desde comer, asearse, levantarse…
Por lo tanto las residencias deben estar preparadas para poder cumplir con todas las necesidades de los mayores con problemas de movilidad. Desde camas adaptadas para poder levantarlos, puertas y pasillos adaptados a sillas de ruedas y a que estas puedan girar sin problema, ascensores en todas las plantas, rampas, baños con duchas especializadas, retretes o lavábos de altura más baja.
Otro de los puntos clave que define las residencias funcionales son las terapias de rehabilitación. Dentro de esta terapia metemos a todo el conjunto coordinado de medidas sociales, médicas, educativas y engloba dentro a todos los profesionales destinados a que el paciente se recupere con la mayor rapidez.
Dentro de la rehabilitación incluimos todas aquellas medidas destinadas a que las lesiones que padecen nuestros ancianos, entre ellas la incapacidad y las minusvalías, aminoren y no vayan a más.
¿Cuales son sus objetivos?
Encontraremos dos tipos de objetivos, los primarios y los secundarios. El objetivo primario está bastante claro: combatir la incapacidad.
Entre los objetivos secundarios de la rehabilitación encontraremos que busca retrasar el deterioro físico o cognitivo, desarrollar o mantener en lo posible la máxima movilidad y evitar las complicaciones que se puedan dar. Y, sobre todo, preservar la dignidad de las personas, hacer que la incapacidad de poder ir al lavabo o no poder comer solos, no les cause ningún malestar.
Sorry, the comment form is closed at this time.